martes, 23 de noviembre de 2010

Instantes...

Si pudiera vivir nuevamente mi vida
En la próxima trataría de cometer mas errores
No intentaría ser tan perfecta, me relajaría mas
Sería mas tonta de lo que he sido
De hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad
Sería menos higiénico
Correría mas riesgos, haría mas viajes,
contemplaría mas atardeceres,
subiría mas montañas, nadará más ríos.
Iría a mas lugares donde nunca he ido
Comería mas helados y menos habas
Tendría mas problemas reales y menos imaginarios
Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener 
Solamente buenos momentos
Por sí no lo sabes de hecho
la vida esta hecha de momentos.
No pierdas el ahora
Yo era de esas personas que no iban a ninguna parte
Sin termómetro, una bolsa de agua caliente
Un paraguas y un paracaídas.
Si pudiera volver a vivir
Viajaría mas liviana
Si pudiera volver a vivir
Andaría mas descalzo
A principio de la primavera
Y seguiría así hasta concluir el otoño
Daría mas vueltas a Calecitos
Contemplaría mas amaneceres
Y jugaría con mas niños
Si tuviera otra vez la vida
Pero ya ven, tengo 85 años
Y sé que me estoy muriendo

Amor verdadero

Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de un pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.
Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo vi mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente,podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.
Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
Él me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, ‘¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?’
Él sonrió
y me acarició la mano, me contestó;
‘Ella no sabe quien soy,
pero yo aún sé quién es ella.’
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé,
‘Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.’
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden.

“¡La vida no se trata de cómo sobrevivir a una tempestad, sino cómo bailar bajo la lluvia!”

Siete reglas para una vejez feliz

El psiquiatra George Valliant, investigador del Laboratorio de Desarrollo Adulto de la Universidad de Harvard, que lleva 42 años estudiando la evolución psicológica de 268 varones graduados de esta Universidad en las promociones que van desde 1939 a 1944, ha hecho públicas algunas de las conclusiones alcanzadas en su estudio.
Entre ellas encontramos 7 reglas que se deben seguir para alcanzar una vejez feliz y saludable desde el punto de vista físico y psicológico. Aquí están:

1.- Ser capaz de adaptarse psicológicamente a las circunstancias de la vida.
2.- Tener un nivel educativo alto.
3.- Tener una relación de pareja estable.
4.- No fumar.
5.- No abusar del alcohol.
6.- Hacer algo de ejercicio.
7.- No tener sobrepeso.

Algunos datos de este estudio arrojan que el 50% de los que a los 50 años tenían cinco o seis de estas características llegaron a los 80 años en buen estado físico y mental. De los que sólo cumplían 3 o menos requisitos, ni uno solo alcanzó la octava década de su vida en condiciones satisfactorias.
Este estudio de Valliant lleva controlando periódicamente a sus participantes desde que se graduaron hace más de siete décadas, en lo que es sin duda el análisis más detallado sobre la evolución de la salud psíquica humana llevada a cabo nunca.

Una mejor vejez... de la mano de la Actividad Física

Es evidente que añadir años a la vida no es suficiente garantía de que estos años vayan a ser vividos con calidad de vida.


El concepto de calidad de vida no se expresa apropiadamente si, como se ha hecho hasta ahora, se manejan solamente dos factores: la morbididad y la mortalidad, o dicho en sentido positivo, la ausencia de enfermedad y la esperanza de vida.


La introducción de la evaluación del estado funcional del individuo como un indicador de la calidad de vida se ha hecho bajo la premisa de que una función física comprometida (por ejemplo, la incapacidad para realizar ciertas actividades del vivir cotidiano) se asocia con una degradación de la calidad de vida. Sin embargo, esta perspectiva ignora la gran capacidad de adaptación del los seres humanos, como lo demuestra que individuos con considerables limitaciones físicas pueden vivir su vida con gran satisfacción.


Por lo tanto, al definir la calidad de vida debe tenerse en cuenta que tal concepto debe incluir la naturaleza subjetiva de su evaluación. En este sentido, la calidad de vida debe definirse a un nivel más integrador, como una sensación global de bienestar y como la satisfacción de vivir.
La figura es un modelo conceptual propuesto por los autores en el que se integran los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la calidad vida entendida con la antedicha definición (bienestar global y satisfacción con la vida) y los factores intermediarios que conducen a dichos beneficios.


Entre estos factores intermediarios se incluyen:
- Los efectos positivos de la actividad física sobre la función cognitiva, de modo especial sobre la capacidad de atención y la memoria.
- Los efectos positivos de la actividad física sobre la función física del individuo y sobre las limitaciones funcionales, las incapacidades, la realización de sus actos (“performance”) y la composición corporal.
- Los efectos positivos de la actividad física sobre la auto-estima, la auto-eficiencia y los afectos.


La integración de estas tres funciones condicionan el estado de salud física y el estado de salud mental del individuo y, en último término, el estado de salud global entendido como la conjunción del triple bienestar: físico, mental y social.
A partir de esta integración, cuando el resultado global es positivo, es posible vivir una vida de calidad.

Los Padres y Abuelos

Los padres son lámparas y los abuelos son faros. La lámpara da fuego y calor, el faro irradia luz,  El fuego descubre la piedra del camino, impidiendo el tropiezo. La luz exhibe la montaña de la meta, conjurando el extravío.


Los padres son brújulas y los abuelos son mapas, la brújula brinda orientación, el mapa transmite conocimiento, la orientación siempre conduce a la búsqueda, principio de toda aventura. El conocimiento siempre conduce al hallazgo, final de todo viaje.


Los padres son la nube y los abuelos son el mar, la nube fertiliza al planeta como lluvia, el mar fecunda los cielos como nube... La lluvia dice cómo la Vida, cayendo del cielo, se vuelve cuerpo. La nube dice cómo la Vida, fluyendo del cuerpo, se vuelve espíritu.


Los padres cuentan historias patrias y los abuelos cuentan leyendas épicas, la historia patria suscita un sentimiento nacional, el mito consolida un pensamiento universal, el sentimiento nacional otorga ciudadanía sobre un fragmento de la Tierra, llamado país. El pensamiento universal confiere ciudadanía sobre una porción de Dios, llamado Cosmos.


Los padres son los mineros de la esperanza y los abuelos son los orfebres de la fe. En nombre de la esperanza, los primeros inclinan el rostro ante el surco y siembran sus semillas en pos del fruto. En nombre de la fe, los segundos extienden sus palmas al viento y echan a volar sus plegarias en pos del lucero.


Los padres, por inexpertos, ven al hijo como brote de su carne. Los abuelos, por sabios, ven al nieto como prolongación de su esencia. La carne crece, se reproduce y desvanece. La esencia se purifica, se transforma y perpetúa. Por eso mientras los primeros anhelan hacer de su semilla un Hombre, los segundos buscan transformar a ese Hombre en un ángel.
 Esos dulces viejos saben que la Tierra es el lugar donde el Hombre recupera sus alas perdidas.




Por Plinio Parra
Escritor colombiano

lunes, 22 de noviembre de 2010

¿Por qué se envejece?

El proceso de envejecimiento es inherente a la condición humana, por lo que, lo más aconsejable, aunque no siempre resulte fácil, es asumirlo con naturalidad. No podemos evitar que cada día que pase seamos más viejos que el anterior, pero sí que el miedo, la tristeza o la apatía marque esa etapa de nuestra vida y de la de nuestros seres queridos.
En nuestros días envejecimiento significa achaques, dolores, problemas, dependencia, soledad…, pero no siempre ha sido así y no tiene por qué ser así.
El mejor punto de partida para cambiar esta visión se encuentra en una pregunta:
¿cómo queremos vivir la vejez?
No es frecuente que este interrogante surja en una persona joven o de mediana edad. Ahí radica uno de los problemas que surge ante esta etapa de la vida. Se obvia y se ve como algo lejano y ajeno a nosotros, que no nos afecta, cuando lo cierto es que mañana seremos nosotros los que viviremos la realidad en la que hoy se encuentran nuestros mayores. La vejez es un destino que nos afecta a todos, por lo que la labor que hagamos por nuestros mayores significará trabajo para nosotros mismos.

El envejecimiento no es algo estático, rígido, sino dinámico, cambiante, es decir, el que se vive ahora no será el mismo del de la siguiente generación, como tampoco es igual al de la generación anterior. Si echamos la vista atrás vemos que la vida de nuestros abuelos no es igual que la de nuestros padres o la de nuestros hijos.
Por ello la vejez no es ni será la misma. Será diferente en cada generación, al igual que es diferente la sociedad en la que te toca vivir. No debemos olvidar que no hay cambios ni mejoras si nadie se implica. De nosotros depende la transformación de la imagen del envejecimiento.
El primer paso es intentar comprender las necesidades de los mayores, sus miedos… siempre desde el respeto a unos valores que pueden ser diferentes a los nuestros.
El segundo se basa en mejorar su atención porque si aprendemos a cuidar a nuestros mayores aprendemos a cuidar de nosotros mismos. En esta labor es esencial evitar lo más temido por la persona mayor, la dependencia.
Por último, hay que insistir con los medios a nuestro alcance para que los gobiernos, los bancos, los servicios sanitarios y sociales, los más jóvenes, las ONG, la publicidad… en definitiva, la sociedad en la que vivimos, aprenda a valorar el envejecimiento, respete y no relegue a un sector de la población que en breve estará constituido por los que en estos momentos marcan las leyes, los comportamientos, el reparto de bienes y las decisiones.

Sexualidad en la Vejez

El sexo en la tercera edad tiene muchas ventajas y aunque no lo creamos, puede significar una mayor participación social de este grupo en nuestra sociedad.
Las necesidades del ser humano no cambian, sin embargo debido a que en nuestra cultura, la sexualidad se asocia con una estética joven y vigorosa, su existencia en los ancianos se ha convertido en un tabú.
Se piensa que toda persona mayor de 60 años está inutilizada para sentir placer, deseo e interés sexual. De hecho, la sola idea de una relación sexual entre adultos mayores se piensa como antiestética, incluso como algo que simplemente no debe ser.
Además, hay que tomar en cuenta las visiones reproductoras de la sexualidad, donde el único objetivo del acercamiento sexual es el tener hijos, y el placer o la autoestima no juegan un papel importante. Es por estas visiones, que se ha generalizado la idea, de que si una mujer o un hombre ya son mayores, no deben pensar en el sexo, pues ya no pueden reproducirse.
La realidad está muy lejana de estas concepciones reduccionistas, y de hecho, está demostrado científicamente que la persona sin padecimientos en el sistema genital o en su físico, que impidan un comportamiento sexual normal, puede disfrutar de la vida sexual en todo su ámbito sin importar su edad.
Aún así, desgraciadamente es muy común que a cierta edad avanzada, las personas inhiban su deseo sexual, presenten disfunciones, o incluso que se abstengan de la relación sexual totalmente. Esto se debe más a prejuicios, creencia de mitos y hasta desinformación, que a problemas físicos.
Los cambios que se sufre cuando ya no se es tan joven, no afectan la sexualidad. En la mujer anciana o de la tercera edad, el primer cambio que se evidencia es la menopausia, que no tiene efectos en el comportamiento sexual, más que la vagina acartonada, cierta lentitud en la respuesta sexual y en la aparición de la excitación. Ninguno de estos cambios imposibilitan el buen desarrollo de una relación erótica. ver artículo
En el caso de los hombres, los cambios tampoco influyen en su desempeño sexual, sin embargo si aumenta el lapso entre el estímulo sexual, y la aparición de la erección, ésta última puede volverse menos firme, su producción de semen, pero no de espermatozoides, disminuye; así como la intensidad de las contracciones musculares. También se puede dar la dificultad de responder a nuevos estímulos después de un contacto sexual anterior.

sábado, 20 de noviembre de 2010

La Vejez

Cuando seamos viejos
recordaremos estos días 
cuando se arruguen las manos 
y nos tiemblen las rodillas, 
como una flor marchitada 
nos volveremos mañana, 
cuando seamos viejos 
perderemos la memoria 
sentiremos que la vida 
se nos va muy lentamente. 
Quisiera ser siempre un niño 
no me quiero hacer mayor 
y no me falte el cariño 
al menos el tuyo, amor. 

Juan Luna llac – Oasis

jueves, 18 de noviembre de 2010

La Vejez en Chile

       Chile se encuentra en un proceso de cambio profundo en cuanto a su distribución demográfica, inserto en la permutación ocurrida en Occidente durante el siglo XX desde la sociedad post-industrial a la moderna y de ésta, a la post-moderna. La transición del componente poblacional ya se evidenciaba en los informes de las Naciones Unidas publicados en el año 1982: La población mayor de 60 años del mundo está aumentando decían, mientras la menor de 15 años está disminuyendo, fenómeno éste último, que ya mostraba una mayor acentuación en los países más desarrollados.
Diversos informes plantean que durante la primera mitad del siglo XX, los adultos mayores en Chile se duplicaron y en los 50 años siguientes, se cuadruplicaron. Si en la década de los ’50 la esperanza de vida al nacer era 55 años, hoy es de 77. Y cuando en 2006 los adultos mayores son alrededor del 11% de la población –lo que hace de Chile una nación envejecida-, se proyecta que hacia 2025 y 2050 la población adulta mayor del país aumente a 16% y 23,5%, respectivamente.
Esto es de acuerdo a la comisión investigadora de la Universidad de chile, “Chile Envejece”